jueves, 25 de junio de 2015

TRATAMIENTO DE LA PERIODONTITIS: RASPADO Y ALISADO RADICULAR

La periodontitis es una enfermedad que afecta al periodonto, los tejidos que rodean al diente. El periodonto está compuesto por la encía, el hueso, el ligamento periodontal (que une los dientes al hueso) y el cemento que rodea la raíz de los dientes.


Cuando la encía se inflama por la acción de las bacterias de la placa bacteriana, se produce una gingivitis y las encías empiezan a sangrar. Si esta gingivitis no se trata (con una limpieza en la consulta que elimine la placa y el sarro), la infección progresa a través del surco y el sarro (y las bacterias) afecta al periodonto perdiéndose las estructuras que sujetan al diente, produciendo una periodontitis que puede conllevar la pérdida de hueso y de dientes además de otros problemas como la halitosis.


La periodontitis es una enfermedad que debe tratarse y controlarse para que no progrese. Como regla general el tratamiento de la periodontitis consiste en distintas fases:

  1. Visita y diagnóstico pediodontal. Realización de un periodontograma (una ficha personalizada donde se mide la pérdida de hueso del paciente), radiografías, detartraje (limpieza) e instrucciones de higiene oral personalizadas a casa paciente.
  2. Raspado radicular. Consiste en la eliminación del sarro que queda debajo de la encía con el uso de unos instrumentos diseñados para tal efecto (curetas). Los raspados deben realizarse por un profesional, con o sin anestesia. Se aconseja realizar una técnica Full-Mouth, es decir, raspar toda la boca y, si no es posible, realizarlo en dos visitas con un intervalo de 24-48 horas para que el lado raspado no se vuelva a reinfectar.
  3. Alisado radicular. Conjuntamente con el raspado, debe realizarse un alisado de las raíces. Hay que eliminar rugosidades en la raíz para dificultar que se vuelva a depositar el sarro.
  4. Mantenimiento en un mes. Se vuelve a rellenar el periodontograma, se repasa la limpieza si procede y, a partir de los resultados, se establece un programa de mantenimiento personalizado o se valora la necesidad de tratamiento quirúrgico (cirugía periodontal)
Resultado de imagen de raspado y alisado radicular
Imagen del raspado de un diente inferior

El raspado no quirúrgico es un tratamiento sencillo y muy efectivo si se realiza adecuadamente. No duele, muchas personas pueden soportarlo incluso sin anestesia. Algunos pacientes pueden notar un ligero aumento de la sensibilidad dental y prácticamente todos notan una mejoría notable en el estado de sus encías.

*Los derechos de todas las imágenes quedan reservadas a sus respectivos autores.

domingo, 14 de junio de 2015

CARILLAS DE PORCELANA

Las carillas de porcelana (o frentes laminados de porcelana) son un tipo de restauración fija de los dientes anteriores.

Las carillas no llevan metal, por lo tanto la translucidez y la naturalidad de la rehabilitación aumentan proporcionando una gran estética. Las carillas pueden utilizarse en distintos casos:

  • Hipoplasias (manchas blancas) del esmalte
  • Tinciones (como las producidad pos tetraciclinas)
  • Dientes fracturados o desgastados
  • Cierre de diastemas (espacios entre los dientes)
  • Malformaciones dentales (por ejemplo, los incisivos laterales cónicos)
La carilla es una rehabilitación que requiere eliminar poco material dental. En muchas ocasiones sólo se talla (se desgasta) el diente por vestibular (la zona delantera) aunque en algunos casos apoya en la parte lingual pasando el borde incisal de los dientes para ganar en estética y retención.

Son restauraciones que se realizan en pocas visitas. 
  1. Visita diagnóstica y de planificación. Se pueden tomar impresiones para obtener modelos donde crear un encerado (una maqueta de aquello que vamos a lograr para que el paciente se haga una idea de los resultados)
  2. Tallado de los dientes y colocación de un provisional
  3. Prueba de las carillas donde el paciente podrá valorar la estética, el color, la forma...
  4. Cementado definitivo de las carillas.

martes, 2 de junio de 2015

ELEVACIÓN DE SENO


La elevación de seno es una conocida técnica quirúrgica que se realiza en determinados casos para la colocación de implantes en el maxilar superior cuando la cantidad de hueso disponible no es suficiente.

Los senos son unas cavidades bilaterales a cada lado de las fosas nasales y que limitan inferiormente con el hueso maxilar. Cuando se extrae una pieza, con el paso del tiempo, el hueso se reabsorbe y esta cavidad de aire invade el espacio dificultando la tarea de rehabilitar las piezas perdidas con implantes.

La elevación del seno consiste en realizar una pequeña ventana ósea para acceder a la membrana del seno (membrana de Schneider) y despegarla y desplazarla para conseguir un espacio que será rellenado de injerto óseo que permitirá ganar un volumen suficiente para la colocación de implantes de un tamaño convencional.

Esta técnica está contraindicada en pacientes con sinusitis aguda o crónica, pacientes con bifosfonatos o en tratamiento de radioterapia. El tabaquismo también es un importante inconveniente.

Es una técnica sencilla en manos de un cirujano experimentado. Sin embargo, no está exenta de posibles complicaciones. Entre ellas encontramos: la perforación de la membrana, la infección de la herida, la sinusitis postoperatoria y a pérdida total o parcial del injerto.

Pero por regla general, se trata de una técnica predecible, segura, reproducible y con excelentes resultados a largo plazo. 

En caso de realizarse y no poder colocar los implantes en el mismo acto quirúrgico, su colocación se demorará unos meses hasta la completa integración del injerto óseo.

A continuación os dejamos un enlace donde se explica de forma gráfica el proceso de elevación de seno: https://www.youtube.com/watch?v=Q_xi-t0t-HI