El pénfigo es una enfermedad autoinmue con manifestaciones mucocutáneas cuya lesión principal es una ampolla.
Su diagnóstico definitivo se realiza mediante una biopsia analizada histológicamente en un laboratorio.
Es una enfermedad poco frecuente y el pénfigo vulgar es la variante más frecuente (70%). Afecta por igual a ambos sexos y a todas las razas. La prevalencia es mayor entre la cuarta y la sexta década de vida. Los casos juveniles son raros pero también más graves.
El 60% de los casos comienzan en la cavidad oral. La mucosa oral se afecta en más del 90% de los casos. Generalmente, comienza con lesiones inespecíficas y síntomas hasta 6 meses antes de llegar al diagnóstico definitivo de la enfermedad.
El paciente presenta ampollas múltiples, de distintos tamaños que se rompen fácilmente dejando erosiones irregulares y muy dolorosas. El paciente presenta ampollas nuevas junto con erosiones de las ampollas más antiguas.
Estas ampollas aparecen en cualquier localización dentro de la mucosa oral. Cuando el pénfigo tiene manifestaciones en la piel, éstas suelen aparecer tras meses o años después de las lesiones orales. Las lesiones cutáneas son más frecuentes en el cuero cabelludo, la cara y la parte superior del tronco.
El tratamiento se realiza con corticoides junto con inmunosupresores para evitar los efectos secundarios del uso prolongado de los corticoides.
El curso de la enfermedad es variable e imprevisible y puede ir desde la curación, la necesidad de tomar dosis bajas de corticoides como mantenimiento, la aparición repetida de la enfermedad o incluso, en el menor de los casos, la muerte.
domingo, 18 de marzo de 2018
miércoles, 7 de marzo de 2018
EFECTOS DE LA LACTANCIA MATERNA EN LA SALUD ORAL DEL BEBÉ
Además de los beneficios nutritivos, inmunológicos y emocionales que la lactancia materna tiene para el bebé, esta forma de alimentación tiene importancia en el desarrollo bucodental del lactante.
- Durante la succión y la deglución, intervienen una serie de músculos y movimientos que favorecen una correcta relación de la mandíbula con respecto al maxilar superior promoviendo el adecuado crecimiento de ambos huesos.
- Se refuerza la respiración nasal del bebé que conlleva la expansión de las fosas nasales y el correcto ensanchamiento del maxilar superior.
Por otro lado, no se debe olvidar de eliminar los restos alimenticios con una gasa humedecida después de cada toma. Cuando los dientes erupcionan, se tiene que ir introduciendo cepillos de texturas y tamaños adaptados a la edad del niño y de cerdas suaves.
Si la leche materna es causa de las caries prematuras es un tema controvertido. La leche materna no produce caries, pero es un factor de riesgo cuando la higiene bucal es deficiente o se complementa la dieta con alimentos azucarados. También hay que tener en cuenta la susceptibilidad individual así como la transmisión vertical de bacterias, es decir, de padres a hijos a través de la saliva.
Se recomienda reducir la frecuencia de consumo nocturno a partir de la erupción del primer diente. Aún así, si se decide prolongar la lactancia, es importante extremar la limpieza de dientes, encías, lengua y mucosas.
No se recomienda el uso de dentífricos hasta los dos años de edad, ya que podría aparecer toxicidad por la ingesta del producto. En todo caso, será el o la odontopediatra quien aconsejará la pauta y la dosis de flúor del dentífrico y también se encargará de enseñar a los padres a realizar la higiene de sus hijos pequeños.
Es fundamental que los bebés sean revisados por el odontopediatra antes de cumplir el año para prevenir y que los padres reciban la información necesaria para el cuidado dental de sus hijos.
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