La encía sana, también llamada encía prístina, es aquella encía ideal en la que no existe placa, no hay signo de inflamación y, a nivel microscópico, los tejidos son perfectos. Sin embargo, esta situación, es algo que sólo puede conseguirse de manera experimental y que rara vez podría encontrarse en un paciente habitual.
Lo más parecido a este modelo teórico, sería lo que se conoce como una encía saludable. Esta encía sí que puede encontrarse en nuestros pacientes. Y es aquella con un color, una textura y una morfología adecuada, que no presenta signos de inflamación y que presenta una ligera cantidad de placa que puede removerse fácilmente con el cepillado diario.
Para conseguir esta encía es preciso mantener una buena higiene dental en casa y visitar frecuentemente al dentista.
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