La calcificación pulpar es un proceso que se encuentra de manera frecuente en los dientes y que se descubre en la mayoría de ocasiones de manera casual al realizar una radiografía por cualquier otro motivo.
Se trata de un proceso por el que se forman estructuras duras de origen similar a la dentina en la cámara pulpar o en los conductos del diente, los espacios que, en condiciones normales, ocupan los vasos sanguíneos y nervios que nutren e inervan los dientes. Estas calcificaciones pueden recibir diferentes nombres como cálculos pulpares, dentículos pulpares, pulpolitos...
La causa más importante de estas formaciones es la edad, aunque pueden aparecer como mecanismos naturales de defensa del diente frente a patologías como la caries, la enfermedad periodontal (enfermedad de las encías) o traumatismos. También puede aparecer como respuesta a tratamientos odontólogicos, como reconstrucciones (empastes) de gran tamaño.
Cualquier diente puede presentar una calcificación, incluso pueden aparecer en dientes temporales, aunque son menos frecuentes ya que, como la principal causa de su formación es la edad, muchas veces los dientes de leche no permanecen el tiempo suficiente en boca para su aparición.
Por lo general, los dientes con calcificaciones no presentan sintomatología y como se ha dicho anteriormente, se suele descubrir de manera casual al realizar una radiografía. Sólo en caso de calcificaciones muy grandes se puede producir dolor al comprimir algún haz nervioso del diente, aunque es muy poco frecuente.
Dado que no son entidades que produzcan una patología como tal, no es necesario su tratamiento aunque es importante diagnosticar estas calcificaciones ya que pueden dificultar bastante el tratamiento de conductos (endodoncia) cuando se precisa limpiar el nervio de la pieza dental afectada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario