Hace poco enumeramos una lista de posibles problemas orales que pueden aparecer en las mujeres embarazadas. En la publicación de hoy vamos a hacer hincapié en el tratamiento que se puede realizar en dichas pacientes y bajo qué condiciones.
El mejor tratamiento en la mujer embarazada es la prevención. La paciente debe extremar la higiene bucal en casa y reducir los azúcares de la dieta para reducir el riesgo de padecer patologías como la caries. Asimismo, deberá reducir o eliminar por completo el tabaco.
En la actualidad, el tratamiento dental a la mujer embarazada se puede realizar prácticamente sin problemas durante el segundo trimestre del embarazo. Se evita el primer trimestre por los posibles riesgos teratógenos durante la formación del feto y se evita el último trimestre por la incomodidad postural y al posible riesgo de parto prematuro.
Hay que tener en cuenta que se les debe realizar tratamientos rápidos y se debe permitir el cambio postural cada ciertos minutos. Son pacientes más sensibles a los olores, sabores y cambios de temperatura. Pueden sufrir náuseas y vómitos.
Las infecciones odontológicas deben tratarse tan pronto como sea posible. Con las técnicas de anestesia local actualmente practicadas, no existe prácticamente contraindicación para su uso durante el embarazo. En general el efecto del anestésico es más rápido y más duradero en estas pacientes.
Pese a que la radiografía local, si la paciente es protegida con collarín y delantal plomado, no afecta al feto, se utilizará solo en casos sumamente necesarios.
En cuanto a la medicación (antibióticos y analgésicos) se deben recetar, en casos necesarios únicamente, aquellos que están clasificados como seguros para la paciente y el feto.