El Síndrome de Möbius (o Moebius) es una enfermedad rara. En ellos, se produce una parálisis de ciertos nervios que les dotan de la característica más relevante: la inexpresión facial. Las causas de este síndrome no están claras aunque se han propuestos varias teorías: causas genétias, teoría isquémica por teratogenicidad (agentes externos que afectan al feto), isquemia facial a causa de la interrupción o alteración del flujo sanguíneo placentario durante el embarazo. Es una enfermedad que se detecta de manera temprana con pocos meses de vida.
Estos pacientes presentan unas manifestaciones bucofaciales donde resalta la anteriormente citada inexpresividad facial. Suelen presentar alteraciones en el desarrollo dental, babeo, dificultad para sacar la lengua, estrabismo convergente, fisura palatina, labios superiores pequeños, malformación del oído externo, paladar ojival (estrecho y profundo), ptosis palpebral (párpados caídos), úvula (campanilla) bífida. Además de otras manifestaciones a nivel de pies, manos y pechos. Puede coexistir con autismo, retraso mental, problemas de atención y memoria...
Pueden presentar dificultad para comer, beber o cerrar los párpados. Se favorece el babeo y la dificultad para hablar. Las complicaciones al comer pueden llevar a malnutrición, tendencia a vomitar, dificultades para tragar o incluso asfixia.
A nivel oral, es importante tener en cuenta las alteraciones a nivel dentario (dientes con esmalte de mala calidad, menor número de dientes), la debilidad de la musculatura perioral y de la lengua, , dificultad a la hora de realizar ciertos movimientos mandibulares, lengua fisurada, mordida abierta.
Todo ello repercute en problemas cariosos (favorecidos por las alteraciones de los dientes y las dietas blandas y azucaradas así como por la dificultad para la higiene), gingivales y periodontales (por cúmulo de placa y falta de sellado labial) y maloclusiones (mordida abierta por alteraciones óseas y el bajo tono muscular que no aumento debido a la dieta blanda que suelen seguir)
El tratamiento de estos pacientes debe ser multidisciplinar y englobar a pediatras, logopedas, cirujanos, odontopediatras, psicólogos y ortodoncistas.
El papel del odontólogo será crucial en la prevención dando pautas de higiene oral (tanto al niño como a los familiares), enseñar técnicas de cepillado, establecer dietas anticariogénicas y equilibradas que estimulen la masticación y evitar hábitos nocivos (uso prolongado del chupete, succión del dedo...) Se realizarán visitas periódicas, cortas y se realizarán tratamientos precoces para evitar la extracción de piezas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario