La extracción de las muelas del juicio o cordales, sobre todo de manera preventiva, siempre ha sido un tema muy controvertido. No hay evidencia científica que avale los beneficios de una extracción preventiva o profiláctica.
La extracción preventiva de las muelas del juicio se ha justificado generalmente por las posibles patologías que puedan causar (reabsorción de las raíces del segundo molar, caries en el segundo molar), los quistes o tumores que pueden desarrollar (sobre todo si están impactados en el hueso) o por la supuesta relación no demostrada entre su erupción y el apiñamiento de los dientes.
Por tanto, se deben extraer aquellos cordales que presenten evidencia de enfermedad periodontal, caries no restaurable, infecciones de repetición, daño a dientes vecinos, quistes o tumores. Los terceros molares libres de enfermedad y sin asociación a otros problemas se deben controlar clínica y radiográficamente y acompañarse de una cuidadosa higiene.
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