A continuación hablaremos de algunas consideraciones a tener en cuenta en el tratamiento odontológico de los pacientes hipertensos.
Si los pacientes no tienen la tensión controlada o tienen valores mayores de 160 la máxima o 100 la mínima, debemos remitir a su especialista previamente a nuestra intervención.
Si acude con un problema urgente, se realizará un tratamiento conservador (antibióticos y analgésicos) y evitaremos las cirugías hasta que el paciente controle su estado de tensión arterial elevada.
En los pacientes con tensión controlada, realizaremos visitas cortas y con el menor estrés posible. Hay que evitar el dolor y la ansiedad ya que podría inducir arritmias por el aumento de epinefrina.
En pacientes muy ansiosos se puede realizar una premedicación mediante ansiolíticos (diazepam) la noche antes y unas horas antes de la visita.
Conviene realizar las citas por la mañana no muy temprano.
La medicación de la hipertensión puede producir efectos secundarios, como mareos al cambiar de posición, por lo que deberemos elevar despacio al paciente hasta la posición vertical y permanecerá un tiempo sentado hasta que se compruebe que no existen signos de hipotensión.
Se debe evitar prescribir tratamientos prolongados con ibuprofeno y también con corticoides. Se debe tener en cuenta, además si el paciente toma antiagregantes o anticoagulantes.
En general, se puede realizar la anestesia con adrenalina, hasta dos carpules evitando la inyección en vasos sanguíneos para evitar arritmias. En pacientes con la tensión no controlada, se deberá realizar anestesia sin vasoconstrictor.
Como tal, la hipertensión no presenta unas manifestaciones orales típicas de la enfermedad.
Pero debemos tener en cuenta la posibilidad de sufrir una crisis hipertensiva en la clínica si el paciente no está controlado. El paciente presentará un aumento de la presión arterial que s epuede acompañar de cefalea, náuseas, vómitos, alteraciones visuales, dolor torácico, convulsiones, enrojecimiento, sudoración, palpiataciones... En ese caso se llamará a los servicios de emergencia y se facilitará la mediación sublingual precisa para que el paciente se recupere y valorar, según si mejora la tensión o no, si se sigue o no con el tratamiento.
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