El asma es una enfermedad inflamatoria de las vías respiratorias que se caracteriza por la obstrucción reversible de la vía aérea. Existen muchos tipos: alérgica (la más frecuente en niños) y otras que pueden estar inducidas por diversos agentes, como fármacos, ejercicio físico o infecciones.
Los pacientes asmáticos, tienen que acudir a la consulta y aportar en la historia, los datos detallados de su enfermedad: la frecuencia de sus crisis, los medicamentos que toma y es de vital importancia que recuerde traer su inhalador habitual a la clínica por si se requiere de su uso.
Por su parte, el equipo de la clínica intentará evitar los factores que puedan desencadenar una crisis asmática. Entre ellos, se encuentra reducir la ansiedad. Para ello, se intentará que el paciente no espere demasiado en la salita y, si es preciso, se pueden utilizar, con precaución, premedicación ansiolítica como el diacepam.
Se evitarán los antiinflamatorios y antihistamínicos que puedan desencadenar una crisis, Y el equipo estará preparado para actuar conforme a los protocolos en caso de que se produzca una crisis asmática durante la intervención.
El paciente asmático crónico, no debe menospreciar la intervención dental y usar un broncodilatador preventivo (su medicación habitual) antes de su cita, ya que puede evitar que dichas crisis aparezcan.