La odontología en el paciente discapacitado es fundamental debido a la incidencia de patologías que pueden presentar y a la dificultad en el manejo clínico de muchos casos.
En ciertos síndromes y enfermedades, existe mayor incidencia a malformaciones y alteraciones de las estructuras dentales y orales. Suelen presentar maloclusión (mordidas incorrectas). Algunos hábitos nocivos (como el bruxismo o rechinamiento de los dientes) o el babeo, pueden conllevar problemas y alteraciones posteriores. Además muchos pacientes presentan dietas blandas, monótonas y azucaradas que favorecen la aparición de caries. Algunos fármacos pueden también producir alteraciones como, sequedad de boca, coloraciones dentales o sobrecrecimiento de las encías.
Para prevenir y evitar todas estos problemas, se hace indispensable un plan de salud completo para la atención odontológica primaria y especializada, ya sea en ámbito ambulatorio como hospitalario.
Es importante individualizar cada caso, ya que no todas las discapacidades requieren las mismas consideraciones.
En rasgos generales, será muy importante la educación de cuidadores, familiares y responsables atendiendo sobre todo a la higiene dental que tendrá que ser asistida si existen problemas de coordinación o movilidad. Además los cepillos dentales deberán adaptarse a las necesidades de cada caso.
Ante pacientes con alto grado de complicaciones, conducta difícil o retraso mental, se podrá remitir al paciente para un tratamiento bajo anestesia general. Siempre que se puede conseguir la colaboración del paciente y las instalaciones sean las adecuadas, se optará por el tratamiento ambulatorio o en clíniica.
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