sábado, 31 de agosto de 2019

PERIODONTITIS JUVENIL

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La periodontitis juvenil es un tipo de periodontitis (enfermedad de las encías) especial que aparece al principio de la adolescencia. Tiene una evolución rápida y agresiva y generalmente, el diagnóstico se realiza por casualidad. Se trata de pacientes jóvenes (13-18 años) que no presentan aparentemente signos de inflamación gingival e incluso en los primeros estadios de la enfermedad, no hay presencia de cálculo (sarro).

Suele afectar, inicialmente, a los incisivos y a los primeros molares, de manera bilateral y simétrica. Aunque al principio, es localizada, puede progresar y acabar afectando al resto de piezas dentales.

Está causada por unas bacterias específicas que deben tratarse mediante el uso de antibióticos (solos o en combinación) para acabar con todas las especies bacterianas causantes. En general, puede ser necesario realizar cirugía para despegar la encía y limpiar y sanear las superficies del diente para eliminar la placa. Después de seis meses, el ciclo antibiótico debería repetirse para asegurar la completa eliminación de las bacterias. El paciente deberá entrar en un ciclo de visitas de revisión y mantenimiento cada tres meses.

La periodontitis juvenil puede curarse completamente incluso en casos con una destrucción inicial del huso que rodea al diente.

viernes, 16 de agosto de 2019

TORUS Y EXOSTOSIS

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Las exostosis y los torus son protuberancias del hueso alveolar, de etiología desconocida, que crecen rápidamente pero brevemente y son completamente benignos. Aparecen con mayor frecuencia en pacientes bruxistas y apretadores. 

En general se llaman exostosis a las protuberancias por lingual o vestibular del reborde alveolar y torus a la protuberancia en mitad del paladar duro. Los torus suelen estar presentes desde su nacimiento.

Aunque de manera infrecuente, estas protuberancias óseas deben eliminarse mediante cirugía cuando interfieran con la colocación de prótesis o por problemas estéticos.

martes, 13 de agosto de 2019

TRATAMIENTO DE LA PERIIMPLANTITIS

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La principal causa de pérdida de hueso alrededor de un implante, es la inflamación local durante el desarrollo de las enfermedades periimplantarias. Se distingues dos entidades, la mucositis (lesión inflamatoria limitada a la mucosa que rodea el implante) y la periimplantitis (cuando se afecta también el hueso y éste empieza a perderse)

Ambas entidades tienen una causa infecciosa por acúmulo de bacterias. Algunos indicadores de riesgo de padecer estas enfermedades alrededor de los implantes son: historia previa de enfermedad periodontal, mala higiene oral, tabaquismo... entre otras. 

La periimplantitis se diagnostica comprobando la existencia de un aumento en la profundidad de sondaje (la cantidad de sonda que se puede introducir entre la encía y el implante), la presencia de sangrado, la presencia o no de supuración... y se confirmará mediante radiología.

El tratamiento va encaminado a detener la progresión de la inflamación, eliminando la placa e instaurando una higiene correcta por parte del paciente. Se puede acompañar en ocasiones de tratamientos antisépticos y antibióticos locales o sistémicos. 

Las tres fases del tratamiento son: tratamiento de la mucosisits (mediante los procedimientos anteriormente citados), tratamiento no quirúrgico de la periimplantitis (mediante un raspado de la zona a través de la encía, pudiendo irrigar antisépticos) y tratamiento quirúrgico de la periimplantitis, donde se debe proceder al despegamiento de la encía para limpiar adecuadamente la zona afectada, reponer los tejidos blandos en una posición más favorable para la limpieza o valorar la regeneración mediante hueso artificial)

Independientemente del tratamiento realizado, el paciente deberá entrar en un programa de mantenimiento con visitas cada 6 meses.

Aún así, el mejor tratamiento de la periimplantitis es una buena prevención de su aparición mediante visitias y controles frecuentes al dentista y una buena higiene oral profesional y en casa, por parte del paciente.

viernes, 9 de agosto de 2019

FRENECTOMÍA

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Los frenillos son pliegues de la mucosa que unen las mejillas y los labios con la encía y los maxilares. Consisten en fibras de colágeno y elásticas y se localizan en las zonas incisivas superiores e inferiores y en correspondencia con los premolares de ambas arcadas

La frenectomía consiste en una intervención quirúrgica para eliminar alguno de los frenillos cuando son anormales, dificultan el cepillado, provocan recesión de la encía de algún diente o interfieren con los tratamientos de ortodoncia.

En muchas ocasiones, estas intervenciones se realizan en niños (a partir de los 10 años) para poder cerrar el diastema (espacio) entre los incisivos, ya que, en casos de frenillos muy grandes, éstos no dejan cerrar completamente el espacio.

Pese a lo que pueda imaginarse, se trata de una operación sencilla, bajo anestesia local, como la que se utiliza para cualquier intervención odontológica. La herida se sutura y los puntos se retiran a los 10-15 días. 

jueves, 8 de agosto de 2019

LA MASTICACIÓN ES FUNDAMENTAL PARA PREVENIR INFECCIONES ORALES

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Investigadores de la Universidad de Manchester (Reino Unido) han publicado que una buena masticación puede proteger del desarrollo de infecciones en la cavidad oral. El proceso de masticación, estimula la producción de linfocitos T, unas células del sistema inmunitario que juegan un papel clave en la lucha frente a infecciones por bacterias y hongos. Además constataron en sus experimentos, que cuanto más duros eran los alimentos masticados, mayor era la estimulación de estas células protectoras.

domingo, 4 de agosto de 2019

INJERTOS DE ENCÍA

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Los injertos de encía, en realidad injertos de tejido epitelial y/o conectivo, se utilizan para ganar encía, en altura y volumen y mejorar la cantidad y calidad de la misma en dientes que han sufrido una pérdida de encía, o de manera preventiva en dientes que van a ser portadores de ortodoncia o prótesis.

El tejido donante puede ser totalmente artificial, ya preparado, o bien se puede tomar de otro lugar de la boca; siendo el paladar la zona más frecuente.

En general, la técnica consiste en separar la encía de la zona dañada, introducir el injerto en su interior y suturar la encía. Se requiere un cuidado extremo de la zona tratada intentando evitar traumatismos para que el injerto sea bien aceptado y no se mueva de su lugar durante el proceso de cicatrización.